Las aves y el bosque encantado

Era un hermoso día soleado en el Bosque Encantado. Los árboles eran altos y verdes, y sus hojas brillaban como esmeraldas bajo el sol. En este bosque, vivían muchas aves de colores brillantes. Entre ellas, había una pequeña y curiosa colibrí llamada Luz. Su plumaje era de un verde brillante con destellos azules.

Un día, Luz decidió que quería explorar más allá de su hogar. Se acercó a su amiga, la alegre Jazmín, un canario amarillo que siempre cantaba dulces melodías.

—¡Jazmín! —dijo Luz emocionada—. ¿Quieres venir a explorar el bosque conmigo? He oído que los árboles pueden hablar.

Jazmín, con sus ojos brillantes, respondió:

—¡Sí! ¡Eso suena increíble! Vamos a descubrir qué secretos guarda el bosque.

Las dos amigas volaron juntas, sintiendo el viento suave en sus plumas. Mientras se adentraban en el bosque, notaron que todo era más mágico de lo que habían imaginado. Los árboles eran enormes, y algunos de ellos tenían caras amables.

—¡Hola, pequeñas aves! —saludó un gran roble con voz profunda—. Bienvenidas al Bosque Encantado. Soy Roble Sabio. ¿Qué las trae por aquí?

Luz y Jazmín se miraron sorprendidas. Nunca habían hablado con un árbol antes.

—¡Hola, Roble Sabio! —respondió Luz—. Queremos explorar y aprender sobre este lugar mágico.

—¡Eso es maravilloso! —dijo el roble—. Pero recuerden, es importante cuidar de la naturaleza y respetar a todos los seres que viven aquí.

Jazmín asintió con la cabeza y dijo:

—¡Lo prometemos! Queremos aprender a cuidar el bosque.

El Roble Sabio sonrió y les mostró el camino hacia un claro lleno de flores de todos los colores. Cuando llegaron, se encontraron con un grupo de aves de diferentes especies: un loro multicolor, un búho sabio y una hermosa golondrina.

—¡Hola, bienvenidas! —dijo el loro—. Soy Arcoíris, y estos son Búho Sabio y Viento, la golondrina. ¿Qué desean saber?

Luz, emocionada, preguntó:

—¿Cómo es que los árboles pueden hablar?

Búho Sabio, con su voz suave, respondió:

—Los árboles son los guardianes del bosque. Ellos sienten y escuchan todo lo que sucede. Nos cuentan historias y nos enseñan a vivir en armonía.

Viento, la golondrina, añadió:

—Y también nos enseñan a cuidar nuestro hogar. Si no cuidamos de la naturaleza, el bosque puede enfermar.

Luz y Jazmín escucharon atentamente. Era muy importante proteger su hogar.

—¿Qué podemos hacer para ayudar? —preguntó Jazmín.

—Pueden comenzar por no tirar basura —dijo Arcoíris—. Y siempre que vean algo sucio, ¡recójanlo! Así el bosque se mantendrá limpio y feliz.

Las dos amigas se miraron emocionadas.

—¡Lo haremos! —exclamó Luz.

Después de aprender sobre la importancia de cuidar el bosque, Luz y Jazmín se despidieron de sus nuevos amigos y decidieron regresar a casa. Pero antes de irse, el Roble Sabio les dio un último consejo.

—Recuerden, pequeñas aves, siempre que necesiten ayuda, pueden volver aquí. El bosque siempre les dará la bienvenida.

De regreso a su hogar, Luz y Jazmín comenzaron a poner en práctica lo que habían aprendido. Se aseguraron de no dejar basura en el bosque y ayudaron a otros animales a mantener su hogar limpio.

Un día, mientras volaban, Luz vio algo brillante en el suelo.

—¡Mira, Jazmín! —gritó—. ¡Es un envoltorio de caramelos!

—¡Eso no debería estar aquí! —respondió Jazmín preocupada—. Vamos a recogerlo.

Las dos aves bajaron y recogieron el envoltorio.

—¡El bosque necesita nuestra ayuda! —dijo Luz mientras lo llevaban a un lugar donde no molestara.

Desde ese día, Luz y Jazmín se convirtieron en las guardianas del bosque. Siempre que veían algo que no debía estar, lo recogían. Los árboles las observaban con orgullo.

Un día, mientras descansaban en una rama, Luz le dijo a Jazmín:

—Me alegra que decidimos explorar el bosque. He aprendido tanto.

—Yo también —respondió Jazmín—. Y me siento feliz de ayudar a cuidar nuestro hogar.

De repente, el Roble Sabio habló nuevamente:

—¡Bravo, pequeñas aves! Ustedes son un gran ejemplo para todos. Gracias por cuidar de nuestro bosque.

Las aves se sintieron muy felices.

—¡Lo seguiremos haciendo! —gritaron juntas.

Y así, Luz y Jazmín continuaron su aventura en el Bosque Encantado, aprendiendo y enseñando a otros sobre la importancia de respetar la naturaleza.

Con el tiempo, más aves se unieron a ellas, creando un hermoso coro de cantos que resonaba en todo el bosque. El bosque se convirtió en un lugar lleno de alegría y armonía, donde todos los seres vivían en paz, gracias a las pequeñas aves que decidieron explorar y aprender.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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Cuentomanía

Don Cuento es un escritor caracterizado por su humor absurdo y satírico, su narrativa ágil y desenfadada, y su uso creativo del lenguaje y la ironía para comentar sobre la sociedad contemporánea. Utiliza un tono ligero y sarcástico para abordar los temas y usas diálogos rápidos y situaciones extravagantes para crear un ambiente de comedia y surrealismo a lo largo de sus historias.

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