La Ratita Presumida

Había una vez una ratita muy presumida que vivía en un pequeño agujero de la pared de una casa. Un día, mientras paseaba por el jardín, encontró una brillante moneda. ¡Era la moneda más hermosa que había visto!

—¡Mira qué suerte tengo! —exclamó la ratita—. Con esto puedo comprar algo fabuloso.

Decidió ir al mercado. Allí, vio un hermoso lazo rojo que le robó el corazón. Cuando lo compró, se miró en un charquito y dijo:

—¡Qué bonita estoy! Este lazo me hace ver como una verdadera princesa.

Al regresar a casa, la ratita se sintió tan feliz que decidió organizar una fiesta para mostrar su nuevo lazo. Invitó a todos los animales del bosque. Cuando llegaron, no tardaron en admirar su belleza.

—¡Oh, ratita! ¡Estás deslumbrante! —dijo el pato, aplaudiendo con sus alas.

—¡Qué lazo tan bonito! —añadió el conejo, con ojos brillantes.

Y así, entre risas y música, los animales comenzaron a proponerle matrimonio.

—¡Yo te llevaré a nadar en el lago! —dijo el pato.

—¡Yo te haré una casa en el bosque! —ofreció el conejo.

La ratita, emocionada, escuchaba cada propuesta. Pero entonces, apareció un lobo, con su voz profunda y un brillo extraño en los ojos.

—¿Por qué no eliges al más fuerte? —preguntó el lobo, sonriendo de una manera que a la ratita le pareció un poco escalofriante—. Yo te protegeré de todos los peligros.

La ratita, deslumbrada por la idea de tener un protector, decidió ignorar las advertencias de sus amigos y eligió al lobo.

—¡Sí, quiero casarme contigo! —dijo, sin pensar en las consecuencias.

Los animales se miraron entre sí, preocupados. El pato se acercó a la ratita y le dijo:

—Pero, ratita, el lobo es astuto. No es el mejor compañero.

—¡No seas tonto! —respondió la ratita—. ¡Es fuerte y poderoso!

El lobo, al escuchar esto, sonrió con malicia. Esa noche, la ratita se fue a dormir tranquila, sin saber que había cometido un gran error.

Al despertar, el lobo ya no estaba a su lado. En su lugar, había dejado una nota que decía: “Gracias por la cena”.

La ratita, horrorizada, comprendió que el lobo solo quería aprovecharse de ella. Corrió hacia sus amigos, que la recibieron con los brazos abiertos.

—¡Te lo dijimos! —gritó el conejo—. ¡No debiste elegir al lobo!

Con lágrimas en los ojos, la ratita se dio cuenta de que la belleza no lo es todo. Aprendió que la verdadera amistad y el amor sincero son más valiosos que cualquier lazo.

Desde entonces, la ratita presumida se volvió más sabia y eligió a sus amigos, quienes siempre estaban allí para protegerla. Y así, vivió feliz, rodeada de amor y amistad, sabiendo que lo más importante no era su apariencia, sino el cariño de quienes la rodeaban.

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Cuentomanía

Don Cuento es un escritor caracterizado por su humor absurdo y satírico, su narrativa ágil y desenfadada, y su uso creativo del lenguaje y la ironía para comentar sobre la sociedad contemporánea. Utiliza un tono ligero y sarcástico para abordar los temas y usas diálogos rápidos y situaciones extravagantes para crear un ambiente de comedia y surrealismo a lo largo de sus historias.

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