Era una mañana soleada en el bosque, y todos los animales estaban emocionados. Se acercaba el Gran Encuentro del Bosque, un lugar donde todas las criaturas se reunirían para hablar sobre cómo cuidar su hogar. «¡No puedo esperar!» exclamó Lía, la ardilla, mientras saltaba de rama en rama.
«¿De qué vamos a hablar?» preguntó Tico, el pequeño topo, asomando su cabeza por un agujero. «¿De las flores? ¿De los árboles?»
«¡Sí, Tico!» respondió Lía. «Vamos a hablar de cómo salvar nuestro bosque de la deforestación.»
Los animales comenzaron a llegar al claro donde se celebraría el encuentro. Había ciervos, pájaros, conejos y hasta un viejo búho que sabía muchas historias. Cuando todos se reunieron, el búho levantó sus alas y dijo: «¡Silencio, amigos! Es hora de empezar.»
«Hoy estamos aquí para hablar sobre un problema muy serio,» continuó el búho. «Los humanos están cortando nuestros árboles y eso no está bien.»
«¡Pero los árboles son nuestro hogar!» gritó Tico, asustado. «Sin ellos, no tenemos donde vivir.»
«Exacto,» dijo Lía. «Los árboles nos dan sombra, comida y un lugar para jugar. ¡Debemos hacer algo!»
Los animales comenzaron a discutir ideas. La tortuga, que siempre había sido muy sabia, levantó su cabeza y dijo: «Podemos hablar con los humanos. Tal vez no saben cuánto necesitamos a los árboles.»
«¡Buena idea, Tortuga!» dijo Lía. «Pero, ¿cómo lo haremos?»
El pájaro carpintero, que había estado escuchando, se acercó y dijo: «Podemos hacer un gran cartel con dibujos de nuestro bosque. ¡Así los humanos verán lo hermoso que es!»
«¡Sí, sí!» aclamaron todos. «Haremos un cartel gigante!»
Así que, con entusiasmo, los animales se pusieron a trabajar. Lía y Tico dibujaron árboles altos y frondosos, mientras que el búho pintaba un cielo azul con nubes esponjosas. Todos estaban muy concentrados, y pronto el cartel estaba listo.
Cuando terminó el día, el cartel decía: «¡Queridos humanos, cuiden nuestro bosque!» Todos los animales estaban muy orgullosos.
«Mañana lo llevaremos al camino donde pasan los humanos,» dijo Lía. «Así lo verán y entenderán.»
Al día siguiente, los animales se alinearon junto al camino. Cuando los humanos pasaron, se detuvieron al ver el enorme cartel. «¡Miren eso!» dijo un niño. «Es un mensaje de los animales.»
Los humanos comenzaron a hablar entre ellos. «Tal vez deberíamos plantar más árboles,» sugirió una mujer. «Y cuidar más el bosque.»
Los animales sonrieron al ver que su esfuerzo estaba dando frutos. «¡Lo logramos!» gritó Tico, saltando de alegría.
Desde ese día, los humanos empezaron a cuidar más el bosque. Y así, gracias al Gran Encuentro, todos aprendieron que juntos podían proteger su hogar. «¡El bosque es nuestro tesoro!» exclamó Lía, mientras todos celebraban con un gran baile bajo los árboles.
