La Noche de los Espíritus Errantes

En una noche sin luna, cuando el viento soplaba con una fuerza inusual, la pequeña ciudad de Willow Creek se sumió en la oscuridad. Los habitantes se encerraron en sus hogares, temerosos de lo que pudiera acechar en la oscuridad de la noche. Sin embargo, algo se movía en las sombras, algo que no pertenecía a este mundo.

En una vieja casona abandonada en las afueras del pueblo, tres amigos, Alex, Sara y Mark, decidieron aventurarse en busca de emociones fuertes. Habían escuchado las leyendas que rodeaban la casa, historias de espíritus errantes que vagaban por sus pasillos en busca de venganza. Pero la curiosidad y la valentía los empujaron a adentrarse en lo desconocido.

Al entrar en la casona, una sensación de frío intenso los invadió. La atmósfera estaba cargada de una energía oscura y pesada. «¿Crees que realmente haya algo aquí?», susurró Sara, nerviosa. «No lo sé, pero vamos a descubrirlo», respondió Mark con determinación.

A medida que exploraban las habitaciones polvorientas, comenzaron a escuchar susurros inquietantes y pasos que no correspondían a los suyos. «¿Escuchaste eso?», preguntó Alex, con la voz temblorosa. «Sí, no estamos solos aquí», respondió Sara, con los ojos llenos de miedo.

De repente, una sombra se materializó frente a ellos. Era un espíritu con ojos vacíos y una expresión de sufrimiento eterno. «¡Corran!», gritó Mark, pero era demasiado tarde. La presencia oscura los rodeaba, impidiéndoles escapar.

Los espíritus errantes los arrastraron por pasillos sin fin, donde las paredes crujían y gemían como si estuvieran vivas. «¿Qué quieren de nosotros?», suplicó Sara, con lágrimas en los ojos. «Vuestras almas nos pertenecen ahora», susurró una voz gélida y desgarrada.

Los amigos lucharon por liberarse, pero era inútil. Los espíritus los arrastraron hacia una habitación oscura, donde una luz tenue iluminaba un altar antiguo. «¿Qué van a hacer con nosotros?», murmuró Alex, resignado. «Ofreceremos vuestros cuerpos como vasijas para nuestros espíritus atormentados», anunció la voz en la oscuridad.

Uno a uno, los amigos fueron poseídos por las entidades malignas. Sus ojos se volvieron blancos y sus cuerpos se retorcieron en agonía. «¡Ayúdenos, por favor!», gritaron en vano, mientras sus voces se desvanecían en la oscuridad.

Al amanecer, los habitantes de Willow Creek descubrieron la casona abandonada en ruinas. Nadie volvió a ver a Alex, Sara y Mark. Sus familias los buscaron desesperadamente, pero nunca se encontraron rastros de ellos. La leyenda de la Noche de los Espíritus Errantes se convirtió en un oscuro recuerdo en la memoria de la pequeña ciudad.

Y así, en una noche sin luna, los espíritus errantes lograron liberarse de sus ataduras terrenales, encontrando en los cuerpos de tres amigos jóvenes la oportunidad de llevar a cabo su venganza eterna. La oscuridad se cernió sobre Willow Creek, recordándoles a todos que en lo más profundo de la noche, acechan fuerzas que escapan a toda comprensión humana.

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Doctor Tenebroso

Santi es el Doctor Tenebroso, un narrador maestro del terror literario. Con una pluma afilada y una habilidad magistral para crear atmósferas inquietantes, sus cuentos exploran los rincones más oscuros de la mente humana. El doctor transporta a sus lectores a mundos donde lo sobrenatural se entrelaza con lo cotidiano, dejando una estela de suspense y horror que perdura mucho después de haber pasado la última página. Sus relatos desafían convenciones y llevan a los lectores a un viaje emocionante y aterrador hacia lo desconocido.

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