Ardillita y el arcoíris de hojas

Había una vez, en un hermoso bosque lleno de árboles altos y flores de mil colores, una ardillita llamada Luzia. Luzia era una ardilla muy especial, porque le encantaba pintar. Tenía un pequeño taller en el hueco de un gran roble, donde guardaba sus pinceles, pinturas y hojas secas.

Un día, mientras recogía hojas para su próxima obra de arte, se le ocurrió una idea brillante. “¡Voy a pintar un arcoíris en las hojas!” exclamó emocionada. Luzia se puso a trabajar de inmediato. Con pincel en mano, comenzó a pintar las hojas con todos los colores del arcoíris: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta.

Mientras pintaba, sus amigos se acercaron. Era Tico, el conejo, y Mimi, la tortuga.

—¿Qué estás haciendo, Luzia? —preguntó Tico, saltando de un lado a otro.

—Estoy pintando un arcoíris en estas hojas —respondió Luzia, sonriendo—. ¿Quieren ayudarme?

—¡Sí! —gritaron Tico y Mimi al unísono.

Luzia les dio pinceles y un poco de pintura. Juntos comenzaron a llenar las hojas con colores brillantes. Tico pintaba rápido, mientras que Mimi lo hacía con mucho cuidado.

—¡Mira, Luzia! —dijo Tico, mostrando su hoja llena de rayas naranjas y amarillas—. ¡Es como el sol!

—¡Es precioso! —respondió Luzia—. Ahora, ¡pinta más colores!

Mimi, que era un poco más lenta, dijo:

—Yo quiero hacer un diseño especial. Voy a pintar un arco que conecte todos los colores.

Luzia aplaudió con alegría.

—¡Esa es una gran idea, Mimi! ¡Así todos los colores estarán juntos!

Mientras pintaban, las hojas comenzaron a brillar bajo el sol. El bosque se llenó de risas y colores. Los pájaros se detuvieron a mirar, y hasta las mariposas se acercaron curiosas.

—¡Miren! —dijo Luzia—. ¡Nuestro arcoíris de hojas está tomando forma!

Después de un rato, el trabajo estuvo terminado. Las hojas estaban cubiertas de colores vibrantes y brillantes. Luzia, Tico y Mimi se sentaron a admirar su creación.

—¡Es hermoso! —dijo Tico, saltando de felicidad.

—Sí, pero ¿qué haremos con estas hojas? —preguntó Mimi, un poco confundida.

Luzia pensó un momento y luego sonrió.

—¡Podemos decorar el bosque! ¡Hagamos una exhibición de nuestro arcoíris de hojas!

Los tres amigos se pusieron a trabajar de nuevo. Colocaron las hojas pintadas en diferentes lugares del bosque: en el tronco de los árboles, en las rocas y hasta en el camino. Pronto, todo el bosque se llenó de colores.

Los demás animales del bosque comenzaron a llegar. Paco, el pájaro carpintero, voló hacia ellos.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Paco, sorprendido.

—¡Hemos creado un arcoíris de hojas! —gritó Luzia—. ¡Ven a verlo!

Paco se posó en una rama y miró a su alrededor.

—¡Es asombroso! —dijo emocionado—. ¡Nunca había visto algo tan bonito!

Los animales comenzaron a aplaudir y a bailar alrededor de las hojas pintadas. Luzia, Tico y Mimi se sintieron muy felices al ver que su arte traía alegría a todos.

—¿Saben qué? —dijo Luzia—. Esto me hace pensar que la naturaleza es hermosa y que podemos disfrutarla de muchas maneras.

—¡Sí! —respondió Tico—. Y podemos hacer más arte con lo que encontramos en el bosque.

Mimi sonrió y dijo:

—Podemos hacer una fiesta de colores cada semana. ¡Así todos los animales podrán participar!

Los amigos se miraron emocionados.

—¡Es una idea genial! —dijo Luzia—. ¡Haremos que el bosque sea un lugar lleno de alegría y color!

Desde ese día, cada semana, Luzia y sus amigos organizaban una fiesta de colores en el bosque. Pintaban hojas, hacían guirnaldas de flores y llenaban el lugar de risas. Todos los animales se unían, y el bosque se convertía en un lugar mágico.

Y así, Luzia, la ardillita creativa, enseñó a todos que la belleza de la naturaleza se puede compartir y disfrutar de muchas maneras. Los colores del arcoíris llenaron el bosque de alegría, y la amistad floreció en cada rincón.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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Cuentomanía

Don Cuento es un escritor caracterizado por su humor absurdo y satírico, su narrativa ágil y desenfadada, y su uso creativo del lenguaje y la ironía para comentar sobre la sociedad contemporánea. Utiliza un tono ligero y sarcástico para abordar los temas y usas diálogos rápidos y situaciones extravagantes para crear un ambiente de comedia y surrealismo a lo largo de sus historias.

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