La libélula y el espejo del lago

Había una vez, en un hermoso prado lleno de flores de colores, una pequeña libélula llamada Lila. Lila era una libélula brillante, con alas de un azul resplandeciente que brillaban bajo el sol. Sin embargo, a pesar de su belleza, Lila no se sentía muy segura de sí misma.

Un día, mientras volaba entre las flores, Lila escuchó a dos mariposas hablando.

—¿Viste cómo vuela Lila? —dijo la mariposa amarilla.

—Sí, pero a veces parece un poco insegura —respondió la mariposa naranja—. ¿Crees que alguna vez se dará cuenta de lo especial que es?

Lila se sintió un poco triste al escuchar esto. ¿Por qué no puedo ser tan segura como ellas? pensó. Decidió que necesitaba encontrar algo que la ayudara a sentirse mejor.

Mientras volaba, Lila vio un destello en la distancia. Curiosa, se acercó y descubrió un lago cristalino. El agua era tan clara que parecía un espejo gigante. Al acercarse, Lila se posó en una hoja cerca del agua y miró su reflejo.

—¡Vaya! —exclamó Lila—. ¡Mira qué bonita soy!

Pero de repente, el viento sopló y las ondas en el agua hicieron que su reflejo se distorsionara. Lila se asustó.

—¡Oh no! —gritó—. ¡Ya no me veo bonita!

En ese momento, una rana que estaba descansando en una piedra cercana la escuchó.

—¿Por qué estás tan preocupada, pequeña libélula? —preguntó la rana con voz suave.

—Porque mi reflejo ya no se ve igual. —Lila suspiró—. Solo quiero ser tan hermosa y segura como las demás.

La rana sonrió y dijo:

—Querida Lila, la belleza no solo está en lo que ves en el agua, sino también en lo que llevas dentro de ti.

Lila frunció el ceño.

—¿Cómo puedo ser hermosa por dentro? —preguntó.

—Confía en ti misma —respondió la rana—. Cuando creas en ti, brillarás más que cualquier reflejo en el agua.

Lila pensó en esto. ¿Confiar en mí misma? ¿Es eso lo que necesito? Se sentó en la hoja y miró nuevamente su reflejo. Esta vez, en lugar de enfocarse en las ondas, pensó en lo que le gustaba de sí misma.

—Me gusta que mis alas brillen —se dijo—. Y me encanta volar entre las flores.

De repente, Lila sintió una pequeña chispa de confianza. Decidió hacer algo diferente. Se levantó de la hoja y comenzó a volar en círculos sobre el lago.

—¡Mira, rana! —gritó—. ¡Estoy volando!

La rana aplaudió con sus patas.

—¡Eso es, Lila! ¡Sigue volando!

Lila se sintió más y más segura. Mientras volaba, vio cómo el sol reflejaba su luz en el agua, creando un arcoíris de colores.

—¡Esto es hermoso! —exclamó—. ¡Soy hermosa!

La rana sonrió y dijo:

—Así es, pequeña. Cuando te sientes bien contigo misma, el mundo entero brilla a tu alrededor.

Lila se detuvo y miró a la rana.

—¿Quieres venir a volar conmigo? —preguntó emocionada.

—¡Oh, no, gracias! —respondió la rana riendo—. Yo prefiero quedarme aquí y disfrutar de tu vuelo.

Lila sonrió y continuó volando, sintiéndose más ligera y feliz. La confianza es como una magia que crece dentro de ti, pensó.

Después de un rato, decidió que quería compartir su nuevo descubrimiento con sus amigos. Voló de regreso al prado y encontró a las mariposas.

—¡Hola, amigas! —saludó Lila—. ¡He descubierto algo maravilloso!

Las mariposas la miraron sorprendidas.

—¿Qué es? —preguntó la mariposa amarilla.

—He aprendido que la verdadera belleza está en confiar en uno mismo. ¡Miren cómo vuelo ahora!

Lila comenzó a volar en círculos, haciendo piruetas y giros. Las mariposas aplaudieron, impresionadas.

—¡Eres increíble, Lila! —dijo la mariposa naranja—. Nunca te habíamos visto volar así.

Lila sonrió con orgullo.

—Gracias, amigas. Ahora sé que soy especial tal como soy.

Las mariposas se acercaron y una de ellas dijo:

—Nos encantaría volar contigo.

—¡Sí! —gritó la otra—. ¡Vamos a hacer una danza en el aire!

Así que las tres comenzaron a volar juntas, creando un hermoso espectáculo en el cielo. Lila se sentía feliz y llena de confianza.

Al caer la tarde, Lila regresó al lago. Miró su reflejo, que ahora era claro y brillante.

—¡Gracias, lago! —dijo con una sonrisa—. Gracias, rana. Ahora sé que soy hermosa por dentro y por fuera.

Y así, Lila, la libélula, aprendió que la confianza en uno mismo es el mayor regalo que puedes tener. Desde ese día, nunca volvió a dudar de su belleza y siempre voló con alegría y seguridad. Fin.

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Cuentomanía

Don Cuento es un escritor caracterizado por su humor absurdo y satírico, su narrativa ágil y desenfadada, y su uso creativo del lenguaje y la ironía para comentar sobre la sociedad contemporánea. Utiliza un tono ligero y sarcástico para abordar los temas y usas diálogos rápidos y situaciones extravagantes para crear un ambiente de comedia y surrealismo a lo largo de sus historias.

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