Había algo inquietante en la forma en que la sonrisa del maniquí parecía seguirte con la mirada en la oscuridad de la tienda de antigüedades. Aunque solo era un simple objeto inanimado, aquel rostro inerte parecía tener vida propia.
Capítulo 1: La Adquisición
María, una joven coleccionista de objetos extraños, no pudo resistirse a comprar el antiguo maniquí cuando lo vio en la tienda. El vendedor le advirtió con un tono sombrío: «Ten cuidado con ese maniquí, ha estado en esta tienda durante décadas y nunca se ha vendido. Hay algo perturbador en su sonrisa».
María solo rió nerviosa, ignorando la advertencia mientras se llevaba el maniquí a su casa.
Capítulo 2: La Obsesión
Las noches pasaban y María encontraba cada vez más difícil dormir con el maniquí en su habitación. Cada noche, juraba que la sonrisa del maniquí se ensanchaba un poco más, como si estuviera disfrutando de su incomodidad.
«Debo estar imaginándolo», se decía a sí misma mientras se tapaba con las sábanas, tratando de bloquear la mirada del maniquí.
Capítulo 3: La Desaparición
Una mañana, María se despertó para descubrir que el maniquí ya no estaba en su habitación. El corazón le dio un vuelco de terror. Buscó por toda la casa, pero no había rastro del maniquí en ninguna parte.
«¿Dónde estás?» murmuró, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.
Capítulo 4: El Regreso
Pasaron varios días sin noticias del maniquí. María comenzaba a convencerse a sí misma de que todo había sido una extraña pesadilla. Pero una noche, al volver a casa del trabajo, encontró al maniquí de pie en el centro del salón.
La sonrisa del maniquí era más amplia que nunca, y sus ojos parecían seguir cada uno de sus movimientos.
Capítulo 5: La Locura
El maniquí se convirtió en una obsesión para María. No importaba cuántas veces intentara deshacerse de él, siempre volvía misteriosamente a su casa. Sus amigos comenzaron a preocuparse por su salud mental, pero María estaba demasiado atrapada por el hechizo del maniquí como para escuchar sus advertencias.
Capítulo 6: La Revelación
Una noche, mientras dormía, María fue despertada por una risa siniestra que parecía llenar toda la habitación. Abrió los ojos para encontrarse cara a cara con el maniquí, cuya sonrisa ahora se extendía hasta sus oídos.
«¿Qué quieres de mí?» gritó María, temblando de terror.
El maniquí solo continuó riendo, sus ojos brillando con malicia.
Capítulo 7: La Consecuencia
Al día siguiente, los vecinos encontraron la casa de María en ruinas. No quedaba rastro de ella ni del maniquí. Solo un montón de escombros y un eco inquietante de risas en el aire.
Los investigadores nunca encontraron ninguna pista sobre lo que le sucedió a María o al maniquí, pero los lugareños juran que aún pueden escuchar su risa retumbando en las sombras de la noche.
