Era un día soleado en la granja. El mono Lolo estaba muy emocionado. ¡Hoy iba a construir una cometa! Con su cola, recogió papel de colores y un palo largo.
—¡Voy a hacer la cometa más bonita del mundo! —gritó Lolo, saltando de alegría.
La vaca Lola, que estaba pastando cerca, lo miró y sonrió.
—¿Puedo ayudarte, Lolo? —preguntó Lola, acercándose.
—¡Sí, por favor! —respondió Lolo. —Necesito que sostengas el papel mientras lo pego.
Lola se puso a trabajar y, juntas, hicieron una cometa llena de colores brillantes. Cuando terminaron, Lolo dijo:
—¡Mira qué bonita es! Ahora, ¡a volar!
Lolo corrió al campo con la cometa en sus manos. La oveja Loli, que estaba comiendo hierba, levantó la vista.
—¿Qué haces, Lolo? —preguntó Loli.
—Voy a volar mi cometa. ¡Ven a verlo! —respondió Lolo emocionado.
Loli decidió seguir a Lolo. Al llegar al campo abierto, el viento soplaba fuerte.
—¡Es el momento perfecto! —dijo Lolo, lanzando la cometa al aire.
La cometa comenzó a volar, subiendo cada vez más alto. Lolo y Loli miraban con asombro cómo la cometa alcanzaba las nubes.
—¡Mira, Lolo! ¡Está tan alta que parece tocar el cielo! —exclamó Loli.
—¡Sí! ¡Es increíble! —gritó Lolo, saltando de felicidad.
Justo en ese momento, la gallina Lili llegó corriendo.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó, con su voz curiosa.
—¡Lili, ven a ver! ¡La cometa de Lolo vuela muy alto! —dijo Loli.
Lili miró hacia arriba y sus ojos se abrieron de par en par.
—¡Guau! ¡Es preciosa! Pero, ¿qué hacemos mientras esperamos a que baje? —preguntó Lili.
Lolo pensó un momento y luego sonrió.
—Podemos jugar y disfrutar del día. ¡Miren las flores! —sugirió.
Lola, Loli y Lili comenzaron a correr entre las flores, riendo y jugando. Se olvidaron de la cometa por un rato. Pero, de repente, la cometa comenzó a descender lentamente.
—¡Mirad! ¡Viene hacia nosotros! —gritó Lolo.
La cometa aterrizó suavemente en el suelo. Todos aplaudieron y se acercaron a ver.
—¡Lo hiciste genial, Lolo! —dijo Lili, picoteando el suelo.
—Sí, ¡y aprendimos a disfrutar el momento! —añadió Loli, sonriendo.
Lolo miró a sus amigos y dijo:
—Siempre, lo más bonito, es lo que hacemos juntos.
Y así, en la granja, Lolo y sus amigos aprendieron que la paciencia y la diversión en compañía son las cosas más importantes.
Fin.