Tigre y la cascada de los deseos

Había una vez un tigre llamado Tico que vivía en la selva. Tico era un tigre muy curioso y siempre estaba explorando. Un día, mientras paseaba por el bosque, escuchó un sonido extraño.

“¿Qué será eso?” se preguntó Tico, moviendo su cola de un lado a otro.

Decidió seguir el sonido y, después de caminar un rato, llegó a un lugar maravilloso. Allí, una cascada brillante caía con fuerza, creando un arcoíris en el aire. Tico se acercó y vio que el agua chispeaba como si estuviera llena de estrellas.

“¡Guau! ¡Es hermosa!” exclamó Tico.

De repente, una voz suave salió de la cascada. “Hola, Tico. Soy la Cascada de los Deseos. Puedo concederte un deseo si lo pides con el corazón.”

Tico se quedó sorprendido. “¿De verdad? ¡Eso es increíble! Pero… ¿qué deseo debería pedir?”

La cascada sonrió. “Piensa bien en lo que realmente deseas. No todos los deseos son buenos.”

Tico se sentó en la hierba, rascándose la cabeza. “Quiero ser el tigre más fuerte de la selva”, dijo al fin.

“¿Estás seguro de que eso es lo que deseas?” preguntó la cascada. “La fuerza no siempre trae felicidad.”

“Sí, estoy seguro”, respondió Tico con firmeza.

“Está bien”, dijo la cascada. “Cierra los ojos y pide tu deseo.”

Tico cerró los ojos y gritó: “¡Quiero ser el tigre más fuerte de la selva!”

De repente, sintió un vibrante poder recorrer su cuerpo. Cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que era más fuerte que nunca.

“¡Mira mis músculos!” dijo Tico, levantando una pata. “¡Soy el tigre más fuerte!”

Pero al poco tiempo, Tico se dio cuenta de que ser el más fuerte no era tan divertido. Cuando quería jugar con sus amigos, todos se asustaban de su fuerza.

“¡Tico, no me empujes!” gritó Lila, la liebre, cuando él simplemente quería jugar a atrapar.

Tico se sintió triste. “No quería asustar a mis amigos”, murmuró.

Decidió regresar a la cascada. “Cascada, quiero cambiar mi deseo. No quiero ser el más fuerte, quiero ser amable y divertido.”

“Recuerda que la verdadera fuerza está en el corazón”, le dijo la cascada. “Cierra los ojos y pide lo que realmente deseas.”

Tico cerró los ojos de nuevo y dijo: “Quiero ser amable y hacer reír a mis amigos.”

Cuando abrió los ojos, sintió una calidez en su pecho. “¡Ya no soy solo fuerte, ahora soy amable!” pensó. Corrió de regreso a donde estaban sus amigos.

“¡Hola, amigos!” gritó Tico. “¡Vamos a jugar!”

Esta vez, Lila y los demás no se asustaron. “¡Sí, Tico! ¡Vamos a jugar a las escondidas!”

Mientras jugaban, Tico se dio cuenta de que hacer reír a sus amigos era mucho más divertido que ser el más fuerte.

“Eres el mejor tigre de la selva, Tico”, dijo Lila mientras reía. “Siempre sabes cómo hacernos felices.”

Tico sonrió y se sintió feliz. “Gracias, amigos. La cascada me enseñó que la verdadera fuerza viene de ser amable.”

Los días pasaron y Tico siguió jugando con sus amigos. Un día, mientras exploraban, encontraron un lugar donde había un árbol gigante.

“¡Miren ese árbol!” exclamó Tico. “¡Es enorme!”

“¡Sí! ¡Vamos a escalarlo!” dijo Lila emocionada.

Tico se subió al árbol y, de repente, vio algo brillante en el suelo. “¿Qué es eso?” se preguntó.

Bajó rápidamente y encontró una piedra brillante. “¡Es hermosa!” dijo Tico. “¿Creen que es un deseo?”

Lila se acercó y miró la piedra. “Tal vez deberíamos llevarla a la cascada y ver qué pasa.”

Tico asintió. “¡Buena idea! Vamos!”

Cuando llegaron a la cascada, Tico sostuvo la piedra brillante. “Cascada, encontramos esta piedra. ¿Puede conceder un deseo?”

La cascada sonrió. “Esa piedra tiene un poder especial. Si la tocas y pides un deseo, se cumplirá, pero debes ser muy sabio en tu elección.”

Tico pensó por un momento. “Quiero que mis amigos y yo siempre tengamos aventuras juntos.”

La cascada brilló y la piedra se iluminó. “Tu deseo es muy noble. Se cumplirá siempre que mantengan la amistad y la alegría en sus corazones.”

“¡Sí!” gritaron todos juntos.

Desde ese día, Tico y sus amigos vivieron muchas aventuras. Aprendieron que la verdadera magia estaba en la amistad y en compartir momentos felices.

Un día, mientras jugaban, Tico miró a sus amigos y dijo: “Gracias por ser parte de mis aventuras. La cascada me enseñó que ser amable y divertido es lo más importante.”

“¡Sí, Tico! ¡Eres el mejor!” respondieron Lila y los demás, llenos de alegría.

Y así, el tigre Tico y sus amigos siguieron explorando la selva, siempre recordando que la cascada de los deseos les había dado el regalo más grande de todos: la amistad.

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Cuentomanía

Don Cuento es un escritor caracterizado por su humor absurdo y satírico, su narrativa ágil y desenfadada, y su uso creativo del lenguaje y la ironía para comentar sobre la sociedad contemporánea. Utiliza un tono ligero y sarcástico para abordar los temas y usas diálogos rápidos y situaciones extravagantes para crear un ambiente de comedia y surrealismo a lo largo de sus historias.

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