Un superpoder muy especial

Había una vez en un pequeño pueblo llamado Sonrisas, un niño llamado Lucas. Lucas era un niño como cualquier otro, pero tenía un secreto muy especial: su superpoder. No podía volar ni lanzar rayos, pero tenía algo aún más poderoso: la capacidad de hacer reír a los demás.

Un día, mientras caminaba por el parque, vio a su amiga Sofía sentada en un banco con cara de tristeza.

—¿Por qué estás tan triste, Sofía? —preguntó Lucas, acercándose a ella.

—No sé, Lucas. Hoy es un día nublado y no tengo ganas de jugar —respondió Sofía con un suspiro.

Lucas pensó un momento y sonrió. Tenía una idea brillante.

—¡Ya sé! —dijo con entusiasmo—. ¡Vamos a hacer una competencia de chistes!

Sofía levantó la mirada, un poco curiosa.

—¿Competencia de chistes? ¿Cómo se juega?

—Es fácil —explicó Lucas—. Cada uno dice un chiste y quien haga reír al otro, gana. ¿Te animas?

Sofía dudó un momento, pero luego sonrió.

—¡Está bien! ¡Acepto el reto!

Lucas comenzó con su mejor chiste:

—¿Por qué los pájaros no usan Facebook?

Sofía se encogió de hombros.

—¡Porque ya tienen Twitter!

Sofía no pudo evitar reírse.

—¡Ese estuvo bueno! Ahora es mi turno. ¿Qué le dice una iguana a su hermana gemela?

Lucas frunció el ceño, pensando en la respuesta.

—No sé, ¿qué le dice?

—¡Iguanita!

Ambos comenzaron a reírse a carcajadas. Las nubes grises del cielo parecían desvanecerse con cada risa que compartían.

—¡Esto es genial! —exclamó Lucas—. ¡La alegría es nuestro superpoder!

De repente, un grupo de niños se acercó, atraídos por las risas.

—¿Qué están haciendo? —preguntó Tomás, un niño alto con una gorra roja.

—¡Estamos haciendo una competencia de chistes! —respondió Sofía, emocionada—. ¡Únete!

Tomás se sentó junto a ellos y comenzó a contar su propio chiste:

—¿Por qué el libro de matemáticas se deprimió?

—No sé, ¿por qué? —preguntó Lucas.

—¡Porque tenía demasiados problemas!

Todos rieron aún más. La alegría se estaba esparciendo como un rayo de sol.

Poco a poco, más niños se unieron a ellos, y el parque se llenó de risas y chistes. Al final, todos decidieron que el verdadero ganador era la alegría compartida.

—¡Deberíamos hacer esto todos los días! —sugirió Sofía.

—Sí, ¡podríamos ser los superhéroes de la risa! —dijo Lucas, con una sonrisa enorme.

Y así, cada tarde, Lucas, Sofía y sus amigos se reunían en el parque para contar chistes y compartir risas. Descubrieron que su superpoder de la alegría no solo hacía que ellos se sintieran bien, sino que también iluminaba el día de todos los que pasaban por allí.

Un día, mientras contaban chistes, un anciano que caminaba por el parque se detuvo a escuchar.

—¡Qué alegría ver a tantos niños riendo! —dijo el anciano con una sonrisa—. Gracias por alegrar mi día.

Lucas miró a sus amigos y dijo:

—¡Eso es lo que hacen los superhéroes! Hacemos el mundo un lugar mejor con nuestras risas.

Y así, Lucas y sus amigos aprendieron que la alegría y la bondad son los superpoderes más especiales de todos.

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Cuentomanía

Don Cuento es un escritor caracterizado por su humor absurdo y satírico, su narrativa ágil y desenfadada, y su uso creativo del lenguaje y la ironía para comentar sobre la sociedad contemporánea. Utiliza un tono ligero y sarcástico para abordar los temas y usas diálogos rápidos y situaciones extravagantes para crear un ambiente de comedia y surrealismo a lo largo de sus historias.

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