El búho y la biblioteca secreta

Era una noche estrellada en el bosque, y un pequeño búho llamado Otilio se encontraba posado en una rama de su árbol favorito. Otilio era un búho curioso y le encantaba explorar, especialmente cuando la luna brillaba con fuerza.

Una noche, mientras volaba sobre el bosque, Otilio notó un destello de luz que venía de detrás de unos arbustos. “¿Qué será eso?” se preguntó. Intrigado, decidió investigar. Con un suave aleteo, se acercó y, al apartar las ramas, ¡descubrió una puerta pequeña y antigua, cubierta de hiedra!

“¡Guau! ¡Una puerta!” exclamó Otilio. “¿A dónde llevará?”

Con un poco de esfuerzo, empujó la puerta y, para su sorpresa, se encontró en una habitación mágica llena de libros. Las estanterías eran tan altas que parecían tocar el cielo, y los libros brillaban como estrellas. Otilio no podía creer lo que veía.

“¡Hola! ¿Hay alguien aquí?” llamó Otilio, emocionado.

De repente, una voz suave y melodiosa respondió: “¡Bienvenido, pequeño búho!” Era una anciana tortuga llamada Teodora, que estaba sentada en una mesa llena de libros.

“¿Qué es este lugar?” preguntó Otilio, con los ojos muy abiertos.

“Esta es la biblioteca secreta del bosque,” explicó Teodora. “Aquí, los libros guardan historias mágicas que pueden enseñarnos muchas cosas.”

Otilio se acercó a una estantería y tocó un libro con su ala. “¿Puedo leerlos?” preguntó con entusiasmo.

“Por supuesto,” respondió Teodora. “Pero recuerda, los libros son más que solo palabras. Tienen el poder de llevarnos a lugares lejanos y enseñarnos sobre la amistad, la valentía y la imaginación.”

Otilio se sentó junto a Teodora y comenzó a leer. “¡Mira, Teodora! Este libro habla de un valiente ratón que salvó a su familia de un gato gigante.”

“¡Eso suena emocionante!” dijo Teodora. “¿Te gustaría contarle a otros animales sobre lo que has encontrado aquí?”

“¡Sí!” respondió Otilio, emocionado. “¡Quiero que todos conozcan el poder de los libros!”

Así que, al día siguiente, Otilio voló por el bosque, llamando a todos sus amigos. “¡Amigos! ¡Vengan! He encontrado algo increíble!”

Los animales se reunieron alrededor de Otilio. Había conejos, ardillas, un ciervo y hasta un grupo de pájaros.

“¿Qué es tan importante, Otilio?” preguntó una ardilla llamada Lila.

“He descubierto una biblioteca secreta llena de libros mágicos. ¡Los libros pueden llevarnos a aventuras increíbles!” dijo Otilio, agitando sus alas con emoción.

“¿Libros? ¿Qué son libros?” preguntó un pequeño conejo llamado Tito, que nunca había oído hablar de ellos.

“Son como puertas a otros mundos,” explicó Otilio. “Pueden enseñarnos sobre cosas que no conocemos y hacernos soñar.”

Los animales se miraron unos a otros, intrigados. “¿Podemos ir a ver?” preguntó el ciervo, moviendo su cola con alegría.

“¡Sí, siganme!” gritó Otilio, y voló hacia la biblioteca secreta.

Cuando llegaron, Teodora los recibió con una sonrisa. “¡Hola, pequeños amigos! Bienvenidos a la biblioteca secreta.”

“¿Podemos leer los libros?” preguntó Lila, saltando de emoción.

“Claro que sí,” respondió Teodora. “Pero primero, deben prometerme que tratarán los libros con cuidado y respetarán las historias que contienen.”

Todos los animales asintieron con la cabeza. “¡Lo prometemos!” dijeron al unísono.

Otilio llevó a sus amigos a una estantería llena de libros coloridos. “Miren este,” dijo, señalando un libro con una portada dorada. “Se llama ‘El viaje de la tortuga veloz’. ¡Es una historia sobre cómo una tortuga ganó una carrera!”

Los animales se sentaron en el suelo mientras Otilio comenzaba a leer en voz alta. “Había una vez una tortuga que soñaba con ser la más rápida del bosque…”

A medida que Otilio leía, los ojos de sus amigos se llenaban de asombro. “¡Qué emocionante!” exclamó Tito. “¡Nunca pensé que una tortuga pudiera ser veloz!”

Después de terminar el cuento, Teodora dijo: “¿Quieren intentar leer ustedes mismos?”

Los animales se turnaron para elegir libros y leer en voz alta. La biblioteca se llenó de risas y emoción mientras descubrían historias sobre héroes, aventuras y lugares lejanos.

“¡Miren este!” dijo Lila, sosteniendo un libro sobre un dragón amistoso. “¡Quiero leerlo!”

“¡Yo quiero leer sobre un pez que vuela!” gritó Tito.

Pasaron la tarde leyendo y compartiendo historias. Otilio se sentía feliz al ver a sus amigos tan emocionados.

Al final del día, Teodora les dijo: “Recuerden, queridos amigos, los libros son tesoros. Cuídense y siempre busquen aprender más.”

“¡Lo haremos!” prometieron todos.

Otilio miró a sus amigos y sonrió. “Gracias, Teodora, por mostrarnos este lugar mágico. ¡Los libros son realmente increíbles!”

Desde ese día, los animales del bosque visitaron la biblioteca secreta siempre que podían. Aprendieron a leer y a contar historias, y cada uno de ellos encontró su propio libro favorito.

Otilio, el pequeño búho, se convirtió en el mejor narrador del bosque, y cada noche, bajo la luz de la luna, contaba historias a todos sus amigos. “Recuerden,” decía Otilio, “los libros son puertas a mundos mágicos. ¡Nunca dejen de soñar!”

Y así, el búho y sus amigos siguieron explorando, aprendiendo y compartiendo, todo gracias a la maravillosa biblioteca secreta en el corazón del bosque.

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Cuentomanía

Don Cuento es un escritor caracterizado por su humor absurdo y satírico, su narrativa ágil y desenfadada, y su uso creativo del lenguaje y la ironía para comentar sobre la sociedad contemporánea. Utiliza un tono ligero y sarcástico para abordar los temas y usas diálogos rápidos y situaciones extravagantes para crear un ambiente de comedia y surrealismo a lo largo de sus historias.

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