HabÃa una vez una mariposa llamada Margarita. Margarita era una mariposa muy curiosa que siempre soñaba con conocer nuevos lugares. Un dÃa, Margarita decidió emprender un viaje para explorar el mundo.
«¡Hola, Margarita! ¿A dónde vas hoy?» preguntó el pequeño conejo que vivÃa en el jardÃn.
«Voy a descubrir nuevos lugares y hacer nuevos amigos», respondió Margarita con una sonrisa.
Margarita comenzó su viaje, volando entre las flores del jardÃn. Pasó por un arroyo donde saludó a una ranita que saltaba felizmente.
«¿Qué haces tan lejos de casa, Margarita?» preguntó la ranita.
«Estoy explorando el mundo», respondió Margarita. «¿Quieres venir conmigo?»
La ranita aceptó encantada y juntas siguieron su camino. Pronto llegaron a un campo lleno de flores de colores.
«¡Qué bonito es este lugar!» exclamó la ranita, asombrada.
Margarita sonrió y dijo: «Aquà podrás encontrar las flores más hermosas y los colores más brillantes».
Después de un rato, Margarita y la ranita llegaron a un bosque lleno de árboles altos y frondosos. Allà se encontraron con un pájaro que cantaba alegremente.
«¡Hola, amiguitos!» cantó el pájaro. «¿A dónde van tan deprisa?»
«Estamos explorando el mundo», respondió Margarita. «¿Quieres unirte a nosotros?»
El pájaro aceptó encantado y los tres amigos continuaron su viaje juntos. Pronto llegaron a una montaña alta y empinada.
«¡Vaya, qué montaña más grande!» exclamó la ranita, impresionada.
«¡SÃ, pero juntos podemos escalarla!» dijo Margarita con determinación.
Con esfuerzo y trabajo en equipo, Margarita, la ranita y el pájaro lograron llegar a la cima de la montaña. Desde allÃ, pudieron ver todo el paisaje extendido ante ellos.
«¡Qué hermoso es el mundo!» exclamaron al unÃsono.
Después de un dÃa lleno de aventuras, Margarita, la ranita y el pájaro regresaron al jardÃn, donde se despidieron con alegrÃa.
«Gracias por este maravilloso viaje, Margarita», dijo la ranita.
«¡SÃ, fue una aventura inolvidable!» agregó el pájaro.
Margarita sonrió y les dijo: «Recuerden que con esfuerzo y amistad, podemos alcanzar cualquier meta y descubrir la belleza del mundo».
Y asÃ, Margarita enseñó a sus amigos que la verdadera aventura está en compartir momentos especiales con aquellos que amamos.
FIN