Había una vez una tortuga llamada Tito y un zorro llamado Pancho. Un día, Tito y Pancho decidieron hacer un viaje juntos por el bosque. «¡Vamos, Pancho, vamos a explorar!«, dijo Tito emocionado. Pero Pancho respondió: «Espera, Tito, no corras tan rápido. Yo camino más despacio.«
Tito se detuvo y miró a su amigo con cariño. «Está bien, Pancho, caminaremos juntos«, dijo Tito con una sonrisa. Así, Tito y Pancho continuaron su viaje, disfrutando de cada paso que daban.
El sol se escondió detrás de las montañas y la luna brilló en el cielo. «¡Mira, Pancho, qué bonito!«, exclamó Tito señalando la luna. «Sí, es precioso«, respondió Pancho con calma.
Después de un largo camino, Tito y Pancho llegaron a un claro en el bosque. Se acurrucaron juntos y cerraron los ojos. «Buenas noches, Pancho«, dijo Tito. «Buenas noches, Tito«, respondió Pancho.
Y así, bajo la luz de la luna, Tito y Pancho se durmieron, sabiendo que la paciencia y la amistad los llevarían siempre a buen puerto.
