La jirafa más alta

Había una vez en la sabana africana, una jirafa llamada Lola, que era conocida como «la jirafa más alta». Su cuello interminable se alzaba por encima de todos los árboles, y su mirada curiosa siempre estaba buscando algo nuevo que descubrir.

Un día, mientras paseaba por la sabana, Lola escuchó a un grupo de pájaros cantando en lo alto de un árbol. Se acercó lentamente y les preguntó: «¿Qué hacen allá arriba?». Los pájaros, sorprendidos por su altura, le respondieron: «Estamos cantando para las estrellas, ¿quieres unirte a nosotros?».

Lola, emocionada por la idea de cantar para las estrellas, les dijo que sí y extendió su cuello lo más que pudo. Los pájaros comenzaron a cantar una melodía alegre y Lola, con su voz suave y melodiosa, se unió a ellos. Juntos, crearon una sinfonía que resonó en toda la sabana.

Al terminar la canción, los pájaros le agradecieron a Lola por unirse a ellos y le dijeron: «Nunca antes habíamos visto una jirafa tan alta como tú, eres realmente especial». Lola, feliz por haber compartido ese momento mágico, les agradeció y continuó su camino.

Mientras caminaba, Lola pensaba en lo maravilloso que había sido cantar para las estrellas y decidió que quería llegar aún más alto. Se propuso alcanzar las estrellas con su cuello interminable y no pararía hasta lograrlo.

Día tras día, Lola estiraba su cuello lo más que podía, mirando fijamente hacia el cielo estrellado. Los demás animales de la sabana la miraban con asombro y admiración, preguntándose qué estaba tramando la jirafa más alta.

Un día, mientras Lola seguía intentando alcanzar las estrellas, un pequeño elefante se acercó a ella y le preguntó: «¿Por qué intentas llegar tan alto, Lola?». La jirafa, con una sonrisa en su rostro, respondió: «Porque sé que no hay límites para la imaginación y siempre podemos aspirar a lo más alto, incluso a las estrellas».

El elefante, impresionado por la determinación de Lola, decidió unirse a ella en su búsqueda de las estrellas. Juntos, estiraron sus cuellos lo más que pudieron y miraron hacia el cielo con esperanza y sueños.

Y así, Lola y el elefante pasaron sus días intentando alcanzar las estrellas, inspirando a todos los animales de la sabana a soñar en grande y a nunca rendirse en la búsqueda de sus sueños más altos. Porque, como decía Lola, no hay límites para la imaginación y siempre podemos aspirar a lo más alto.

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Señorita Risueña

Una escritora apasionada dedicada a crear historias cautivadoras para niños. Desde temprana edad, descubrió su amor por los cuentos y la narrativa, inspirándose en la magia de la infancia para dar vida a sus relatos. Con una sólida formación en literatura infantil y años de experiencia en la enseñanza, Señorita Risueña comprende la importancia de estimular la imaginación y fomentar la lectura desde edades tempranas.

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