Había una vez en el jardín, una abeja llamada Anita. Anita era una abeja muy trabajadora. Cada día volaba de flor en flor recolectando néctar para llevarlo a la colmena. Un día, Anita encontró a sus amigos, el caracol Tito y la mariposa Lola, jugando cerca de un lindo arbusto de flores.
Anita les dijo: «Hola amigos, ¿quieren ayudarme a recolectar néctar? Juntos será más fácil y rápido.»
Tito, el caracol, respondió: «Pero Anita, nosotros somos lentos, ¿cómo podríamos ayudarte?«
Anita sonrió y dijo: «No importa la velocidad, lo importante es trabajar juntos.»
Entonces, Anita les enseñó cómo cada uno podía contribuir. Tito, con su cascarón resistente, transportaba pequeñas gotas de néctar, mientras que Lola, con sus alas coloridas, podía llegar a las flores más altas.
Trabajaron juntos todo el día, llenando la colmena con mucho néctar. Cuando el sol comenzó a ponerse, Anita les dijo: «¡Lo logramos! Gracias por trabajar en equipo.»
Tito y Lola se sintieron felices y orgullosos. Aprendieron que con esfuerzo y cooperación, se pueden alcanzar grandes cosas. Y así, bajo la luz de la luna, todos se durmieron, sabiendo que juntos, son más fuertes.