La ceremonia de los espectros

La luna llena iluminaba el viejo cementerio, donde un grupo de sombras se reunía en un círculo. El investigador, Marco, observaba desde detrás de un mausoleo, su corazón latiendo con fuerza. Había escuchado rumores sobre la ceremonia de los espectros, un ritual que prometía traer de vuelta a los muertos.

“¿Estás listo para lo que vendrá?” susurró una voz a su lado. Era Clara, su colega, con los ojos llenos de una mezcla de miedo y curiosidad.

“Es solo un mito,” respondió Marco, aunque en su interior sentía la inquietud crecer. “Nada puede cruzar al mundo de los vivos.”

Las figuras en el círculo comenzaron a murmurar en un idioma antiguo, sus manos alzadas hacia el cielo. De repente, un viento helado sopló, y el ambiente se tornó pesado. Marco sintió un escalofrío recorrer su espalda.

“¡Escuchen!” gritó uno de los convocadores. “Los espíritus vienen a nosotros.”

El suelo tembló y una neblina densa emergió del suelo, formando figuras humanas que flotaban, sus rostros desgarrados por el sufrimiento. Marco se quedó paralizado, incapaz de apartar la vista.

“¡Regresamos!” resonó una voz en la oscuridad, profunda y llena de rencor. “¡Regresamos para reclamar lo que es nuestro!”

“¿Qué han hecho?” preguntó Clara, su voz temblando. “¡No deberían haberlos llamado!”

“¡Cállate!” gritó Marco, pero ya era demasiado tarde. Los espectros se lanzaron hacia ellos, sus manos heladas buscando carne.

“¿Por qué nos traen aquí?” chilló uno de los fantasmas, su rostro una mueca de dolor. “¡No hay descanso para nosotros!”

Marco y Clara intentaron huir, pero el aire se volvió denso, como si una fuerza invisible los mantuviera en su lugar. “¡Ayúdame!” suplicó Clara, mientras las sombras la rodeaban.

“¡No puedo!” gritó Marco, sintiendo cómo las manos frías de los espectros lo atrapaban. La ceremonia había funcionado, pero no como él había imaginado.

En un último intento de escapar, Marco se volvió hacia Clara. “¡Recuerda! ¡Siempre hay un precio!”

Y entonces, todo se volvió negro.

Cuando la luz regresó, el cementerio estaba en calma. La ceremonia había terminado, pero Marco y Clara no estaban allí. Solo quedaba un eco de sus gritos, resonando en el viento, mientras los espectros se desvanecían en la oscuridad, satisfechos.

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Cuentomanía

Don Cuento es un escritor caracterizado por su humor absurdo y satírico, su narrativa ágil y desenfadada, y su uso creativo del lenguaje y la ironía para comentar sobre la sociedad contemporánea. Utiliza un tono ligero y sarcástico para abordar los temas y usas diálogos rápidos y situaciones extravagantes para crear un ambiente de comedia y surrealismo a lo largo de sus historias.

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