Koala y el bosque cantábrico

En un rincón lejano del mundo, donde los árboles se alzan altos y las hojas susurran al viento, vivía un pequeño koala llamado Kiki. Kiki era un koala muy curioso y siempre estaba buscando aventuras. Un día, mientras se acomodaba en su árbol favorito, escuchó un sonido suave que venía del bosque.

“¿Qué será eso?” se preguntó Kiki, moviendo sus orejas con curiosidad. “¡Suena como una canción!”

Decidido a descubrir el origen de esa melodía, Kiki comenzó a descender de su árbol. “¡Voy a encontrar la música del bosque!” dijo emocionado.

Mientras caminaba, se encontró con su amiga la tortuga Tula, que estaba tomando el sol. “Hola, Kiki. ¿A dónde vas tan rápido?” preguntó Tula, sonriendo.

“¡Hola, Tula! Escuché una canción en el viento y voy a buscarla. ¿Quieres venir conmigo?” dijo Kiki, saltando de alegría.

“¡Claro que sí! Me encanta la música,” respondió Tula, moviendo su cabeza con entusiasmo. Juntos, comenzaron a explorar el bosque.

A medida que avanzaban, el sonido se hacía más fuerte. “¿Escuchas eso?” preguntó Kiki, deteniéndose un momento. “Es como si los árboles estuvieran cantando.”

“Sí, lo escucho. ¡Es hermoso!” exclamó Tula, mirando a su alrededor. “Tal vez los pájaros están haciendo un concierto.”

Kiki y Tula siguieron caminando y, de repente, se encontraron con un grupo de pájaros coloridos. Estaban cantando en las ramas altas. “¡Hola, pájaros! ¿Están dando un concierto?” preguntó Kiki.

“¡Sí! Estamos cantando para celebrar la llegada de la primavera,” dijo un pájaro azul, aleteando sus alas con alegría. “¿Quieren unirse a nosotros?”

“¡Sí, por favor!” gritó Kiki, emocionado. Tula también se unió, y juntos comenzaron a cantar con los pájaros. Kiki hacía sonidos divertidos, mientras Tula movía su cabeza al ritmo de la música.

Después de un rato, Kiki se dio cuenta de que no solo los pájaros estaban haciendo música. “¡Escuchen! El viento también está cantando,” dijo, poniendo atención al suave murmullo que pasaba entre las hojas.

“Es verdad, Kiki. La naturaleza tiene su propia música,” respondió Tula, sonriendo. “Los árboles, el viento, los ríos… todo está cantando.”

“¡Vamos a seguir explorando!” propuso Kiki. Así que siguieron su camino, encontrando nuevos amigos en el bosque. Un grupo de ranas estaba saltando y croando en un charco, creando una melodía divertida.

“¡Hola, ranas! ¿Pueden enseñarnos su canción?” preguntó Kiki.

“¡Claro! ¡Croac, croac! ¡Así se hace!” dijeron las ranas, saltando de alegría. Kiki y Tula intentaron imitar los sonidos, riendo y disfrutando de la música del bosque.

Mientras se adentraban aún más, llegaron a un arroyo brillante. “¡Mira, Kiki! El agua también suena,” dijo Tula, escuchando el suave murmullo del agua fluyendo.

“¡Sí! ¡Es como un suave canto!” respondió Kiki, emocionado. “La naturaleza es un gran concierto.”

De repente, Kiki tuvo una idea brillante. “¡Vamos a hacer nuestra propia canción! Podemos usar todos los sonidos que hemos escuchado hoy.”

“¡Eso suena genial!” dijo Tula, emocionada. Así que comenzaron a combinar todos los sonidos: el canto de los pájaros, el croar de las ranas, el murmullo del agua y el susurro del viento.

“¡Juntos hacemos una hermosa música!” gritó Kiki, saltando de felicidad.

Y así, en medio del bosque cantábrico, Kiki y Tula crearon su propia canción. Aprendieron que la naturaleza siempre tiene algo que contar y que cada sonido es parte de una hermosa melodía.

Cuando el sol comenzó a ponerse, Kiki y Tula regresaron a su hogar, cantando y riendo. “Gracias, Tula, por acompañarme en esta aventura musical,” dijo Kiki, abrazando a su amiga.

“Gracias a ti, Kiki. ¡La naturaleza es el mejor lugar para escuchar música!” respondió Tula, sonriendo.

Y así, cada vez que Kiki escuchaba el viento, recordaba que, en el bosque, siempre había una canción esperando a ser descubierta.

Puntúa este cuento
Foto del avatar
Cuentomanía

Don Cuento es un escritor caracterizado por su humor absurdo y satírico, su narrativa ágil y desenfadada, y su uso creativo del lenguaje y la ironía para comentar sobre la sociedad contemporánea. Utiliza un tono ligero y sarcástico para abordar los temas y usas diálogos rápidos y situaciones extravagantes para crear un ambiente de comedia y surrealismo a lo largo de sus historias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *