La muñeca de la niña perdida

Era un día gris cuando Clara encontró la muñeca en el bosque. Su vestido de encaje estaba desgastado, y su rostro, aunque sucio, parecía sonreír. «Mira, mamá, ¡es hermosa!» exclamó, sosteniéndola con fuerza. Pero su madre, con un gesto de desdén, respondió: «No deberías tocar cosas que no te pertenecen, Clara.»

Esa noche, mientras la lluvia golpeaba el cristal, la muñeca comenzó a murmurar. «Juega conmigo, Clara. Nunca más estarás sola.» La niña, intrigada, se acercó a la ventana. «¿Quién eres?» preguntó, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.

«Soy como tú… perdida,» respondió la muñeca, sus ojos de vidrio reflejando la luz de la luna. «Déjame entrar en tu corazón y nunca más sentirás miedo.»

Clara, hipnotizada, sintió una conexión. «¿Cómo puedo ayudarte?» La muñeca sonrió. «Solo debes dejarme un poco de tu esencia. Así seré tu amiga para siempre.»

Al día siguiente, la madre de Clara la encontró en su habitación, inmóvil. «¡Clara!» gritó, pero la niña no respondió. La muñeca, ahora en su regazo, sonreía con más fuerza.

«¿Qué le hiciste?» exigió la madre, pero la muñeca solo murmuró: «Ahora tengo un nuevo hogar.»

Y Clara, con su rostro pálido, susurró: «Nunca más estaré sola.»

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Cuentomanía

Don Cuento es un escritor caracterizado por su humor absurdo y satírico, su narrativa ágil y desenfadada, y su uso creativo del lenguaje y la ironía para comentar sobre la sociedad contemporánea. Utiliza un tono ligero y sarcástico para abordar los temas y usas diálogos rápidos y situaciones extravagantes para crear un ambiente de comedia y surrealismo a lo largo de sus historias.

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