Había algo en ese rincón, algo que perturbaba incluso la tranquilidad más apacible. Era como si una presencia oscura se arrastrara entre las sombras, acechando en espera de su próxima presa.
Capítulo 1: La Casa Encantada
En el pequeño pueblo de Brooksville, la Casa de los Jenkins había permanecido abandonada durante décadas. La gente decía que estaba encantada, que las sombras que se movían en su interior eran las almas atrapadas de aquellos que alguna vez habitaron sus muros.
La oscuridad se cernía sobre la casa como un manto ominoso, devorando la luz que intentaba penetrar sus ventanas rotas. Los lugareños evitaban pasar cerca, temerosos de despertar algo maligno que yacía en su interior.
Un grupo de jóvenes intrépidos decidió desafiar las advertencias y explorar la casa en una noche oscura y tormentosa. Entre ellos estaba Emily, una chica valiente que siempre buscaba emociones fuertes.
«¿Están seguros de que quieren hacer esto?» preguntó Emily mientras observaba la imponente estructura.
«¡Claro que sí!» exclamó Alex, el líder del grupo. «¿Tienes miedo, Emily?»
El miedo se aferraba al corazón de Emily, pero no iba a dejar que eso la detuviera. «¡Por supuesto que no! Vamos, ¿quién será el primero en entrar?»
Capítulo 2: La Sombra Acechante
Los pasos resonaban en el suelo de madera podrida mientras los jóvenes exploraban cada habitación de la casa. El aire estaba cargado de un older a humedad y abandono, como si el tiempo mismo se hubiera detenido dentro de aquel lugar maldito.
De repente, una sombra se deslizó por el rincón de una habitación, apenas perceptible pero suficiente para enviar escalofríos por la espalda de Emily. «¿Vieron eso?» susurró, su voz temblorosa.
«Seguro que fue tu imaginación», dijo Alex con desdén. «No hay fantasmas aquí, solo ratas y murciélagos.»
Pero Emily no estaba convencida. La sensación de ser observados la perseguía mientras continuaban su exploración. Cada sombra parecía cobrar vida, moviéndose en las esquinas de sus ojos antes de desaparecer en la oscuridad.
Capítulo 3: El Misterio se Profundiza
Mientras más exploraban, más extraños se volvían los sucesos. Puertas que se cerraban solas, susurros que parecían flotar en el aire y una sensación persistente de que no estaban solos.
«Deberíamos irnos», sugería Emily, su voz apenas un susurro tembloroso. «Esto no se siente bien.»
Pero Alex estaba decidido a descubrir el misterio detrás de la casa de los Jenkins. «Solo un vistazo más», insistió. «No podemos rendirnos ahora.»
Sin embargo, el temor se había apoderado del grupo. Incluso los más valientes comenzaron a dudar de su cordura mientras la oscuridad cerraba sus garras a su alrededor.
Capítulo 4: El Precio de la Curiosidad
De repente, un grito cortó el aire, haciéndoles saltar de susto. «¡Es Sam!» exclamó Emily, corriendo hacia el sonido.
Encontraron a Sam en una habitación oscura, su rostro pálido y sus ojos salvajes de terror. «¡Hay algo aquí, algo malvado!» balbuceó, señalando hacia un rincón oscuro.
Emily se acercó lentamente, su corazón martillando en su pecho. Una sombra densa y oscura se erguía en el rincón, retorciéndose como una serpiente acechante.
«¡Tenemos que irnos ahora!» gritó Emily, agarrando a Sam y arrastrándolo hacia la salida.
Pero era demasiado tarde. La sombra se abalanzó sobre ellos con una velocidad sobrenatural, envolviéndolos en su abrazo oscuro.
Capítulo 5: El Final Inesperado
Los lugareños encontraron la casa de los Jenkins vacía al amanecer, sus muros silenciosos testigos de la tragedia que había ocurrido esa noche.
Emily, Sam y Alex nunca fueron vistos de nuevo. Algunos dicen que se perdieron en las sombras de la casa encantada, condenados a vagar por la eternidad como almas atormentadas.
Desde entonces, nadie se atreve a acercarse a la casa de los Jenkins, y la sombra en el rincón abandonado sigue acechando en espera de su próxima presa.
