El mapache Rocco tenía un sueño. Quería encontrar un tesoro. Un día, dijo a sus amigos: “¡Vamos a buscarlo!”
La ardilla Lila saltó emocionada. “¡Sí, Rocco! ¡Vamos a encontrarlo!”
El conejo Tito, un poco asustado, preguntó: “¿Y si no lo encontramos?”
Rocco sonrió. “Lo importante es la aventura.”
Así, los tres amigos se adentraron en el bosque. Caminaban entre árboles altos y flores de muchos colores. Rocco guiaba el camino.
De repente, Lila gritó: “¡Miren! ¡Un mapa!”
Los amigos se acercaron. El mapa mostraba un lugar cerca del gran roble. “¡Vamos!” dijo Rocco.
Caminaron y caminaron. Encontraron un arroyo brillante. “¡Saltemos!” dijo Tito. Todos saltaron y rieron.
Finalmente, llegaron al gran roble. Miraron alrededor. “¿Dónde está el tesoro?” preguntó Lila.
Rocco sonrió. “¡Miren!” En la base del árbol había una caja. La abrieron con cuidado.
Dentro había… ¡un montón de risas y abrazos! “¡Esto es el mejor tesoro!” gritó Tito.
Los tres amigos se abrazaron. La noche llegó y las estrellas brillaron. “Gracias, amigos,” dijo Rocco.
Y así, Rocco, Lila y Tito se quedaron dormidos bajo el gran roble, soñando con más aventuras.