Érase una vez, en un bosque tranquilo, vivía un búho sabio llamado Búho. Una noche, Búho reunió a sus amigos: el conejito Lolo, la ardilla Nina y el ratoncito Tito.
—Amigos, hay un misterio en el bosque —dijo Búho—. Debemos resolverlo juntos.
Lolo preguntó:
—¿Qué misterio, Búho?
—Alguien ha dejado un rastro de estrellas brillantes —respondió Búho—. Sigámoslo.
Los amigos siguieron el rastro. Brillaba en la oscuridad. Tito dijo:
—¡Es tan bonito!
Nina encontró una estrella en el suelo.
—¡Miren! ¡Es una pista! —exclamó Nina.
Finalmente, llegaron a un claro. Allí, encontraron una luz mágica.
—¡Es la luna! —dijo Lolo—. Nos ha guiado hasta aquí.
Búho sonrió.
—Juntos hemos encontrado el misterio. Ahora, a descansar.
Los amigos se abrazaron y se quedaron dormidos, felices bajo la luz de la luna.