En el estanque vivía un patito muy travieso. Se llamaba Patico. Un día, mientras nadaba entre los nenúfares, vio algo brillante debajo del agua. Patico se zambulló y encontró una perla.
«¡Qué bonita!» exclamó Patico emocionado.
«¿Qué es eso, Patico?» preguntó Patita, su amiga.
Patico le mostró la perla y le explicó: «Es algo especial, creo que es un tesoro».
Patita le advirtió: «Pero, Patico, no deberíamos tomar cosas que no nos pertenecen».
Patico pensó por un momento y decidió escuchar a su amiga. Juntos, dejaron la perla en el fondo del estanque y siguieron nadando.
Al llegar a casa, Patico le contó a su mamá: «Hoy aprendí que es importante ser respetuoso y no tomar lo que no es nuestro. A veces, es mejor escuchar a nuestros amigos y hacer lo correcto».
Y así, Patico comprendió que la travesura está bien, pero siempre hay que ser respetuoso con los demás y sus cosas.
FIN