El encuentro mágico
Había una vez un niño llamado Mateo, que todas las noches miraba por la ventana y veía la luna brillando en el cielo. Un día, mientras Mateo observaba la luna, vio algo brillante que se movía en su superficie. ¡Era un pez dorado nadando en la luna!
Mateo se sorprendió y decidió hablarle al pez dorado. “Hola, ¿cómo te llamas?” preguntó Mateo con curiosidad.
El pez dorado respondió con una voz suave y brillante, “Soy Dorito, el pez dorado de la luna. ¿Quieres ser mi amigo?”
Historias bajo las estrellas
Desde ese día, Mateo y Dorito se volvieron amigos inseparables. Todas las noches, Mateo se asomaba por la ventana y Dorito salía de la luna para encontrarse con él. Juntos compartían historias y secretos a la luz de las estrellas.
“¿Qué historia me vas a contar hoy, Dorito?” preguntaba Mateo emocionado.
“Hoy te contaré la historia de las estrellas fugaces que cumplen deseos a los niños buenos,” respondió Dorito con entusiasmo.
Dulces sueños
Después de escuchar la historia, Mateo se sentía muy feliz y cansado. Dorito lo acompañaba de regreso a su cama y juntos se despedían hasta la próxima noche.
“Gracias por la historia, Dorito. ¡Buenas noches y dulces sueños!” decía Mateo antes de cerrar los ojos.
“Buenas noches, amigo Mateo. Que los sueños te lleven a lugares mágicos y llenos de aventuras,” respondía Dorito con cariño.
Y así, entre cuentos y risas, Mateo y Dorito vivieron muchas noches mágicas bajo el brillo de la luna.